Tengo derecho a estar mal

Vaya la que está formando el coronavirus. Si hace unos meses me hubiesen contado esto hubiese pensado que se trata de una broma o de algo que ojala no sucediese nunca, pero aquí estamos. Y... ¿Cómo estamos? 

Gestión emocional y acompañamiento

Internet está lleno de estrategias didácticas para entretener a los peques, juegos, manualidades, cuentos, etc. Una iniciativa que comparto y que está fenomenal, pero ¿Dónde queda el acompañamiento emocional? ¿Por qué nadie nos dice cómo lidiar con los peques durante el confinamiento? ¿Tengo que ser el animador de mis hijos durante el encierro? ¿Tengo que estar bien para que mis hijos no me vean mal? ¿Cómo les explico a mis hijos que es normal sentirse mal en algunos momentos?

Voy a intentar dejar herramientas que podéis utilizar para trabajar las emociones y otras cuestiones, como pautas de respeto y convivencia, para que nos ayuden a vivir esta situación como una oportunidad brutal de aprendizaje. Sin embargo, mi intención en este momento no es llenaros únicamente de información, sino transmitir que ESTAR MAL ESTÁ BIEN Y TAMBIÉN TENEMOS DERECHO

Os dejo un enlace de la psicóloga Raquel Girón, en la que trata la gestión emocional durante el coronavirus.

El optimismo como bálsamo

En redes sociales veo mucho optimismo al cual me uno. Escucho a personas mayores que cuentan que estuvieron en la guerra, dentro de un pozo durante dos años, y pienso: "eso sí era un gran problema". Sin embargo, las emociones, son emociones en un pozo, en una cueva o en tu casa, y gestionarlas no es nada fácil.

El optimismo está fenomenal y sé que ayuda a muchísima gente a evadirse, pero no he visto apenas artículos sobre cómo gestionar esta situación que estamos viviendo. Hasta ahora, muchos de nosotros tememos cómo vamos a llevar estar encerrados, y sobre todo, cómo lo van a llevar los más pequeños. Es ahora cuando comenzamos a tomar consciencia de que no es el confinamiento lo que nos perturba, sino lo que está pasando fuera. La situación que estamos viviendo no es fácil de asimilar y, realmente, creo que no sabemos de qué manera enfocarlo y encajarlo en nuestras vidas.

¿Por qué nadie nos dice cómo lidiar con los peques durante el confinamiento? 

Respondiendo a las cuestiones planteadas con anterioridad: es complicado encontrar artículos de este tipo porque, una de las asignaturas pendientes de esta nueva sociedad es la Inteligencia Emocional, una de las cosas más complicadas pero también una de las más gratificantes. Quien aspira a una meta alta debe luchar, trabajar y perseverar, pues lo mismo sucede con las emociones. Debemos aprender a identificar lo que nos pasa y saber cómo afrontarlo.

Lidiar con los niños durante el confinamiento

Los límites son esenciales 

Uno de los temas que más discrepancias creo que genera, es la educación basada en unos límites adecuados, pero ¿Qué es eso de límites adecuados? Para aclarar esto, que no es fácil, por un lado, quiero exponer que, ante esta nueva situación hay que tener cuidado, por ejemplo, con el uso de los móviles, ordenadores o tablets. Los peques, al igual que los mayores deben tener derechos pero también obligaciones. Recomiendo poner normas y horarios en familia para el uso de las tecnologías, y respecto al resto de juegos, manualidades y demás dejar hacer.  

 Por otro lado, los niños y niñas son personas capaces y con derecho a "pensar por sí mismos", crear y gestionar su propia actividad y entretenimiento. Esto les ayudará a no depender tanto del adulto y contribuye a no ser personas dependientes en el futuro. ¿Por qué he puesto "pensar por sí mismos" entre comillado? Porque aquí entra el sentido común, aunque haya que dejar autonomía para que creen, imaginen, desarrollen, se aburran, etc, si lo que los peques quieren hacer entra en conflicto con la seguridad de alguien o de algo debemos poner límites. Y no debemos olvidar que el ejemplo es una de las bases fundamentales del aprendizaje, si los niños y niñas nos ven con un libro también les nacerá leer. Los pantallas son altamente perjudiciales para la salud emocional e intelectual de los más pequeños, por ello, es tan importante que como adultos cuidemos de su salud y seguridad.

Para establecer unos límites adecuados, en primer lugar, debemos comprender bien lo que nos están pidiendo. "¿Y cómo lo vas a utilizar? ¿En qué consiste ese juego?" son algunas preguntas que podemos hacer para una mejor comprensión; después pasaríamos a la negociación, antes de decir un no podemos sugerir alternativas, como "Lo que podemos hacer es...", si aún así el peque sigue pidiendo algo que no es posible se le explica la situación con sinceridad. Esto es poner un límite, la diferencia está en la manera en que se expresa. No es lo mismo decir "no se puede y punto" o "es así porque lo digo yo", que explicar la situación. Con mi experiencia puedo decir que la mayoría de las veces los niños y niñas entienden perfectamente las explicaciones y, o bien se les ocurre una alternativa super ingeniosa, o simplemente lo entienden y siguen jugando a otra cosa. Otras tantas veces no funciona y no quieren nuestras explicaciones si no un sí (algo que a los adultos también nos pasa muy a menudo). Es en este momento cuando no hay que ceder a los chantajes ni a las pataletas porque entonces estarás enseñando a tus hijos la forma de manipularte.  

Las rabietas son necesarias

Las rabietas son comunes en niños y niñas de cierta edad. Está claro que el hecho de estar en casa, y de que sea una nueva situación y, por ello, un nuevo periodo de adaptación, no ayuda a que estas rabietas sean menores. Es importante saber el motivo de la rabieta para poder ayudarles, podemos decirles que entendemos su enfado, que tienen derecho a estar enfadados pero que eso que piden no puede ser. Aceptamos su sentimiento pero no accedemos al chantaje. Además, no soy partidaria de los castigos pero sí de las consecuencias. Si en ese momento era el tiempo para el juego y el tiempo pasó debe ser consciente de que los actos tienen consecuencias y que ahora es tiempo de otra cosa. Aunque, como digo siempre, utilizando el sentido común y teniendo flexibilidad según las circunstancias. Una vez que la rabieta pase es importante ofrecer afecto y seguridad, nunca golosinas, juguetes o lo que ha iniciado la rabieta.

Además de establecer unos límites adecuados también es importante dejar claras, entre todos los miembros de la familia, unas normas básicas de convivencia y respeto. No hay que dar por sentado que los niños y niñas ya deberían saberlas ya que, muchas veces, incluso a los adultos se nos olvidan.

Aquí una actividad para trabajar lo que puedo y lo que no puedo hacer en casa. Esta actividad se creó para un proyecto en una escuela infantil, sin embargo, es totalmente adaptable al hogar. 

¿Tengo que estar bien para que mis hijos no me vean mal?

Una de las cuestiones y preocupaciones que me han expuesto algunos papás es el tema del duelo. Os dejo un artículo de una gran psicóloga sobre el tema: "Afrontamiento psicológico del coronavirus. Fases del duelo". Pero, además quisiera comentar que los hijos no tienen que tener superpapás, ni supermamás, tienen que tener personas a su lado que se equivocan pero rectifican, aprenden y mejoran, personas que se caen, lloran, sufren, pero que después aprenden a levantarse, personas que pasan los duelos, los viven intentando no juzgar los pensamientos, y haciendo ver que sufrir y estar mal también es parte de la vida, que la empatía con lo que está sucediendo es natural, que nos afecte es natural pero aún así, y con todo, también ve las opciones que nos ofrece esta nueva situación para mejorar como personas y unirnos como familia. Pensemos qué papel juega la sinceridad en todo este proceso y sabremos cómo explicar que estar mal también está bien.

Si no caes nunca ¿Cómo aprenderás a levantarte?

Uno de los dilemas que podemos encontrarnos estos días es si debemos darles a los peques todo lo que piden por el hecho de estar confinados en casa, pues bien, el niño simplemente pide lo que cree que necesita, no quiere decir que tengas que darle todo, sobre todo si no le conviene, pero sí hay que aceptar y admitir su deseo.

Procede ahora hablar de la frustración y de qué manera gestionarla. Tolerar la frustración significa acompañar, comprender y empatizar con ellos. Es imprescindible distinguir qué cosas son importantes y bajo ningún concepto se debe ceder, y qué cosas no son tan importantes y podemos ceder en un determinado momento. Aquí entra el sentido común y el bendito arte de educar.

La intención de todo esto es ayudarte, conocer lo anterior nos puede ayudar en determinados momentos, pero la realidad y la vida práctica es otra. Las circunstancias, los miedos, las percepciones, los agobios, nos hacen alejarnos de la teoría y se hace más compleja la práctica. Por ello, quiero contarte algo que dijo el doctor Carlos González en una conferencia muy interesante: "nunca te sacrifiques por un hijo". El sacrificio implica hacer algo que no te gusta. Por tanto, dejas de ser honesto contigo mismo y con los demás. En esta conferencia el doctor nos habló de la Teoría de la Atribución, que viene a decir que las cosas que creemos que nos gustan las hacemos con ganas y las cosas que creemos que no nos gustan las hacemos con desgana. Haz click aquí para saber más sobre la frustración y la obediencia.

¿Tengo que ser el animador de mis hijos durante el confinamiento?

En cuanto a si debemos ser los animadores de los peques en casa, obviamente, la respuesta es no. No todo el mundo tiene porqué tener la misma creatividad, además es posible que los intereses del adulto choquen en muchas ocasiones con los intereses de los peques, no es sano querer mantener entretenidos a los hijos las 24 horas del día.

Las rutinas nos mantienen en marcha

Otra de las cosas que debemos hacer es crear unas rutinas, con unos horarios, por supuesto con tiempo para el juego, pero además se debe involucrar a los peques en las tareas del hogar, adaptando las tareas en función de la edad. Hay muchísimas cosas que pueden hacer. 

¿Realidad o ficción?

Antes de continuar con las emociones, quisiera hablaros de cómo procesa el cerebro la información a través de la sensación y la percepción. Existe una gran diferencia entre la sensación (detectar un estímulo) y la percepción (dotar de significado a ese estímulo). Los significados que cada uno le da a esos estímulos varían en función del interés, la atención, la cultura, el lenguaje, las experiencias, etc. Por todo ello, debemos pensar dos veces antes de creer que nuestra realidad es la única verdadera.

Os dejo aquí un ejercicio para que comprendamos mejor cómo funciona la percepción. Observa la imagen lateral, ¿Qué ves? Seguramente ves una chica joven bien vestida. Sin embargo ¿Qué opinas si te digo que no es una chica joven sino una anciana? Fíjate bien ¿La ves?

Herramientas para aprender jugando

Cuento: La Rana Verde

Actividad: "La cosa más importante"

En primer lugar, os aconsejo comenzar con un cuento que hable sobre las emociones, podemos coger el muñeco favorito del peque y contar un cuento a través de él. Os dejo aquí un enlace que pertenece a un proyecto de Inteligencia emocional. Podéis sustituir al señor límbico por el muñeco de vuestros hijos

Cada mañana y cada noche podemos realizar la actividad que os dejo aquí. Se trata de colocar dibujos de las emociones en vasos. Podemos hacer los dibujos de las emociones todos juntos. Cada miembro de la familia adquiere un objeto que cada mañana introducirá en el vaso de la felicidad, la tristeza, el miedo o la rabia, y lo mismo por la noche. Una actividad sencilla que puede ayudarnos a entender y a preocuparnos por cómo están los demás. Además, cuando contemos este juego aconsejo coger una caja en la que quepa dentro un espejo. Explicaremos al resto de miembros de la familia que en esa caja se encuentra lo más importante para tí, pero que no puedes mostrar qué es. Pídeles que escriban en un papel qué creen que hay ahí, si el peque no sabe escribir lo hará el adulto. Aunque puede realizar un dibujo... Es importante que todos los miembros tengan claro que esa caja no se puede abrir hasta que no termine el confinamiento. Descubrirán entonces que lo más importante para tí son ellos. 

Cuento: El esperado salto

Más herramientas para la educación emocional

Otros cuentos que  pueden ayudar a conocer y a gestionar las emociones son:

- La rabieta de Julieta de steven Antony.

- Cinco enfados de Gabriela keselman.

- Malena y los charcos de Enrique Paez. 

- Lágrimas bajo la cama de Ana Meilán.

- No hace falta la voz de Armando Quintero.

También podéis utilizar canciones de césar García-Rincón de Castro en youtube, una de las que más me gustan son "el baile de las emociones", "el rock de las emociones" o "Marina y los emoticantos: despacio me tranquilizo". ¡Esta última es mi favorita!.

Si te cuesta hablar del coronavirus con tus hijos, si estás saturado o saturada, y ya no quieres ni hablar del tema puedes mostrarles este cuento, realizado por Olga Aladren y Abigail Cardo. 

Prevención de accidentes en casa

Antes de terminar, no puedo olvidar que una de las mayores causas de accidentes en la infancia se producen en el hogar, por ello dejo un enlace con un cuento para que los peques tomen conciencia de los peligros que hay en las casas. Se trata de adaptar las enseñanzas a como los niños aprenden.

Coraje para continuar

Para finalizar, quiero darte las gracias si has leído hasta final y quiero compartir contigo un poema, de Mario Benedetii, que me envió hace poco un buen amigo:

"No te rindas, aun estas a tiempo

de alcanzar y comenzar de nuevo,

aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,

liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,

continuar el viaje,

perseguir tus sueños,

destrabar el tiempo,

correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,

aunque el frío queme,

aunque el miedo muerda,

aunque el sol se esconda y se calle el viento,

aun hay fuego en tu alma,

aun hay vida en tus sueños,

porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,

porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto,

porque no hay heridas que no cure el tiempo,

abrir las puertas quitar los cerrojos,

abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto,

recuperar la risa, ensayar el canto,

bajar la guardia y extender las manos,

desplegar las alas e intentar de nuevo,

celebrar la vida y retomar los cielos,

No te rindas por favor no cedas,

aunque el frió queme,

aunque el miedo muerda,

aunque el sol se ponga y se calle el viento,

aun hay fuego en tu alma,

aun hay vida en tus sueños,

porque cada día es un comienzo,

porque esta es la hora y el mejor momento,

porque no estas sola,

porque yo te quiero".

¡Saldremos de ésta! ¡Quédate en casa! ¡Todo saldrá bien! ¡Date tiempo para estar mal y digerir la situación! ¡No estás solo! 

Si te ha gustado éste artículo y quieres saber más sobre la educación en Inteligencia Emocional te dejo un enlace de actividades, del Proyecto "Inteligencia Neuroemocional una asignatura pendiente". Te recomiendo leer el proyecto completo para comprender mejor el planteamiento de las actividades.

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