Afectividad y aprendizaje
El aprendizaje es el cambio o modificación relativamente estable o permanente de la conducta a través del ejercicio o la experiencia en los que intervienen factores como la atención la percepción o la memoria, y durante el cual se producen conexiones sinápticas que nos permiten recordar.
Atrás quedó la frase "saber no ocupa lugar", ya se ha demostrado que saber sí ocupa un lugar en el cerebro y por ello es tan selectivo a la hora de retener información. Nuestro cerebro se queda con aquello que sobresale, que es diferente a lo monótono, aquello que impácta a nivel emocional, por ello F. Mora nos dice que "para que alguien aprenda lo que hay que evocar es la curiosidad que despierta el interés, y con ese desperatar está la emoción que abre en el cerebro las ventanas de la atención y así se aprende y se memoriza", por todo esto "solo se aprende aquello que se ama".
Los primeros conceptos matemáticos se aprenden con el tic tac del corazón de la madre, estando aún en el vientre, a través de la succión al mamar, a través del balanceo o a través de rítmos binarios de canciones de cuna y retahilas.
El tiempo se aprenden a través de las rutinas, tan importantes para un desarrollo afectivo adecuado. Estas ayudan a estructurar la mente.
El lenguaje se adquiere a través del entorno socio-afectivo y muchos trastornos del lenguaje vienen por la falta de afecto. El lenguaje ayuda a estructurar el pensamiento y a establecer relaciones y vínculos adecuados.
La familia como primer contexto educativo y social del niño es el principal transmisor de normas a través de la autoridad que ejercen. Los infantes construirán su identidad a través de los roles sociales que desempeñen.
Bandura defiende que las conductas se aprenden a través de la experimentación y consecuencias de la propia conducta y a través de la observación y las consecuencias de la conducta de otras personas (modelado). Por ello es tan importante ofrecer unos modelos adecuados para un adecuado desarrollo social y de la personalidad.
La familia es fundamental para superar los hitos evolutivos del desarrollo personal de los niños. En la seguridad que le ofrece la familia se expresará emocionalmente y se sentirá querido a través de las aprobaciones y reprobaciones, incrementará su capacidad lingüística y sentará las bases de su propia forma de relación social.